"El gusto se rompe en géneros", es real. No he tenido la oportunidad de conocer a alguien o a algo que le guste a todos por igual. Y como también dicen, realverdad: "los gustos van cambiando", lo que hoy no gustó mañana puede ser... o lo que en el ayer delicioso supo hoy no entra ni con chochos.
Pienso que mucho de este asunto de gustos y disgustos se debe al estado del paladar. Es ejemplo claro cuando un vino es degustado, diferente sabe si antes preparaste el paladar, si vienes de comer nueces que chilaquiles, paella que mole negro, carne o pescado; si antes bebes agua o cerveza. Así, según el paladar se encuentre el vino sabrá... igual, pienso pasa con otros sabores de lecturas, visiones, amores, colores... según esté el alma, el ánimo, la madurez; según sabrá lo que nos llega.
Todo esto porque hace unos días me llegó una película, llegó en forma devede y sin ninguna recomendación anterior: "Mr. Magorium's Wonder Emporium" (que en español titularon "Mr. Magorium y su tienda mágica" y que estuvo en cartelera ¿dos días?) Opera prima, en la dirección, de Zach Helm, el mismo guionista de "Más extraño que la ficción", y guionista acá también.
El target de la movie es infantil, y si así es: a mi niño interior le llegó, lo llevó y le encantó. Dudo que sólo sea infantil, me parece que la idea del director es tocar a quién, hoy en día, se deje.
muñeco creado en la fábrica de Magorium por... ¿?
Parece ser que la película no fue bien recibida en el mágico mundo de las críticas y el séptimo arte... pero la disfruté tanto. De ahí esto de los gustos que no deja de darme vueltas.
Por último dos cosas de éste dulce peliculero:
"¿Por qué cuando las personas se vuelven adultos dejan de creer en lo que creían de niños?"
...
"Lo bueno de que algo que amamos termine es que algo nuevo está por comenzar..."
...
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