abril 04, 2008

cestrum nocturnum












Hoy Rosa ríe en llanto.

...

Cuando era pequeña leyó, en alguna de esas revistas que su madre compraba, que cada persona tiene su otra mitad, la media naranja, el alma gemela
En aquella revista, también decía que muy pocas personas logran encontrar a su complemento, que es algo casi imposible y que muchos de los que lo logran, salen corriendo; pues la sensación que causa, en cuerpo  y mente esa armonía, es de tanto placer que da miedo.

Rosa era pequeña cuando leyó eso, y pensó: "Imposible, nadie puede sentir miedo de algo que es tan bueno. Es como si las paletas de cereza, que tanto disfruto, me espantaran." En ese instante el sabor a cereza robó su atención, dejó los pensamientos de medias naranjas y se fue a la tienda en busca de su, en aquel entonces, saborfavorito.

Años después, Rosa, continuaba dándole vueltas a aquella idea del alma gemela. Leía todo lo que encontraba sobre el tema... "Un día voy a encontrarlo" - decía, "sé que lo reconoceré al reconocerme en sus ojos y entonces un olor maravilloso cubrirá todo junto con la música de campanas que se empezará a escuchar."
- Estás locas; decían unos.
- Eres el personaje de un cuento de hadas; repetían otros.
Pero Rosa no escuchaba ni a unos ni a otros. Y seguía convencida de que un día todo lo que había pronosticado pasaría. Y cuando eso pasara no iba a salir corriendo, como lo hacen todos, se quedaría a disfrutar las delicias del placer máximo.

Entonces pasó. Una noche. Noche de viento fresco, tranquilo. Luz de luna que bien alumbra pero no expone. Rosa caminaba a la expectativa, como siempre, pues siempre esperaba encontrarse. Y el olor la encontró.
- ¿De dónde viene ese aroma?
Alrededor de ella, en la calle, decenas de árboles con pequeñas campanitas blancas que tintineaban una melodía casi inaudible.
"¡Las campanas!" pensó Rosa, que ya tenía el corazón listo para correr el maratón de tan rápido que iba.
Se detuvo, buscó los ojosespejo con los que tanto había soñado. 
Lo vio. Él la miró. 
Inmóviles, ambos, detenido uno en la mirada del otro. 
De pronto él corrió. Sí corrió.
Corrió y se perdió en la oscuridad. 
Ella tuvo un primer impulso: ir tras él. Lo contuvo - ¡No puedo corretear a un gato!-, exclamó. 
Un gato. 
Los ojos con los que se cruzó aquella noche, en la que todos los síntomas de la media naranjaamada aparecieron, fueron los de un gato.

Una hoguera ardió aquella noche en el patio trasero de casa de Rosa. Hoguera hecha de libros y revistas rosas. Rosa la portada y el contenido. Libros y revistas del corazón, que hoy, después de aquel latir sin control, estaba hecho silencio. Silencio que se rompía cada vez que Rosa recordaba: un gato... ¿un gato?... un...

No pudo evitarlo. Al mes ya tenía un gato en casa. Después de algunos años se volvió adicta a los gatos. Tenía más de una docena. Se entregó a ellos en alma y cuerpo y cuepoyalma
En la colonia la llamaban "La señora de los gatos." 
¡Ahí va La señora de los gatos! 
Ahí va, caminando. Ya tiene más de cincuenta años encima. La noche empieza a caer. La señora de los gatos, apresura el paso, debe darle de comer a sus amores. De golpe un olor la detiene, es el mismo de aquella noche. La noche del gato y las campanas. 
A Rosa le tiemblan las piernas.
Un hombre la toma del brazo, antes de que ella caiga al piso.
-Ese olor, ¿qué es? ¡¿Es usted?!
-¿Yo?... No. Es la planta.
-¿Qué?
-La planta, esa con forma de campanita blanca. "Huele de noche", se llama.

Rosa reía en llanto. Mientras pensaba: "Rosa lo que tú necesitabas para encontrar el amor era saber de  jardinería y botánica; pues no por nada eres Rosa."

abril 02, 2008


A saber a qué se deba...


pero últimamente...



¡NO SÉ EN DÓNDE TENGO LA CABEZA!



 

abril 01, 2008

la magia del gusto

"El gusto se rompe en géneros", es real. No he tenido la oportunidad de conocer a alguien o a algo que le guste a todos por igual. Y como también dicen, realverdad: "los gustos van cambiando", lo que hoy no gustó mañana puede ser... o lo que en el ayer delicioso supo hoy no entra ni con chochos.
Pienso que mucho de este asunto de gustos y disgustos se debe al estado del paladar. Es ejemplo claro cuando un vino es degustado, diferente sabe si antes preparaste el paladar, si vienes de comer nueces que chilaquiles, paella que mole negro, carne o pescado; si antes bebes agua o cerveza. Así, según el paladar se encuentre el vino sabrá... igual, pienso pasa con otros sabores de lecturas, visiones, amores, colores... según esté el alma, el ánimo, la madurez; según sabrá lo que nos llega.

Todo esto porque hace unos días me llegó una película, llegó en forma devede y sin ninguna recomendación anterior: "Mr. Magorium's Wonder Emporium" (que en español titularon "Mr. Magorium y su tienda mágica" y que estuvo en cartelera ¿dos días?) Opera prima, en la dirección, de Zach Helm, el mismo guionista de "Más extraño que la ficción", y guionista acá también.
El target de la movie es infantil, y si así es: a mi niño interior le llegó, lo llevó y le encantó. Dudo que sólo sea infantil, me parece que la idea del director es tocar a quién, hoy en día, se deje.


muñeco creado en la fábrica de Magorium por... ¿?

Parece ser que la película no fue bien recibida en el mágico mundo de las críticas y el séptimo arte... pero la disfruté tanto. De ahí esto de los gustos que no deja de darme vueltas.

Por último dos cosas de éste dulce peliculero:
"¿Por qué cuando las personas se vuelven adultos dejan de creer en lo que creían de niños?"
...
"Lo bueno de que algo que amamos termine es que algo nuevo está por comenzar..."
...