octubre 21, 2006

UNICORNIOS


Cuando me explicaron lo que era una metáfora fue por medio de una canción. Uno de mis 8 tíos me enseñó una canción de un disco que acababa de comprarse, era el nuevo disco de Silvio Rodríguez (Cada uno de mis tíos (as) ha sido mi maestro en algún momento de la vida). Mi tío era un adolescente, estaba en su época trovera y heredando los Beatles de mi tío el más grande. Yo era una niña de primaria y estaba en mi época de "Enrique y Ana" y "los parchis timbiriches", y heredando las canciones cursis del OTI de mi madre. Lo que significa que nuestros gustos musicales eran un poco diferentes. Un día me dijo -mi tío- "¿Ya oíste esa canción?" Sí, le contesté, está buscando su unicornio. Por la portada del disco le pregunté: "¿Es de un cuento?" A lo que respondió: "Sí y no. Es un decir. Habla de un unicornio porque está hablando de algo muy especial que se le perdió. Y un unicornio es algo muy especial porque no se encuentra en cualquier parte, ¿o tú has visto alguno?"...
Después de eso me pasaba que cuando oía esa canción lloraba, me parecía tremendamente triste. Durante un tiempo me hice coleccionista de estampas de unicornios y a lo largo de los años me hice de algunos objetos: unicornio broche, unicornio muñeco, toalla, rompecabezas...; la mayoría regalos de Jana, una de mis tías de amor. Y es que tengo, también, familia y tamalero unicornios que, gracias a los dioses del Olimpo, no se me han perdido como a Silvio.

Con los años la canción se volvió famosa y todos daban una explicación a la letra: "Es un canto a la amistad perdida e irreemplazable", " habla de la tapa de una pluma azul", "se la dedicó al único pantalón de mezclilla que tenía y que le robaron", "se la dedicó al hijo de uno de sus mejores amigos (amigo que murió en la Revolución), un guerrillero que luchó y que estando en las montañas vio el unicornio"... Finalmente, en una entrevista que le hicieron a Silvio, él dijo que el unicornio no era más que la inspiración perdida.
Qué importa a qué se la dedicó, tal vez hasta la dedicación original se convirtió en unicornio. El unicornio es todo lo que han dicho, es esa amistad que un día caducó, ese amor que no volvió, los ideales que nos llevan a pelear y que un día mueren junto con la pelea, el duende que un día desaparece y deja de jugar con nuestras ideas y nuestras creaciones... y para los que son capaces de amar la ropa, y sienten únicos e irreemplazables unos jeans, para ellos eso es el unicornio.
Supongo que todos hemos perdido unicornios, algunos no vuelven, otros regresan transformados en caballos y hasta en burros... y otros siempre fueron burros con disfraz.

octubre 19, 2006

EL TOP 5 DE LAS TAQUERIAS


Los tacos, los suculentos y encantadores tacos. Delicia de los dioses que anima al paladar. Exquisito alimento sin igual. Nada como un buen taco de pastor a las tantas de la noche, como un taco mañanero de carnitas o de barbacoa, o como un sencillo taco de sal para calmar el hambre a media tarde. La tortilla de maíz acompañada de casi cualquier cosa es un invento merecedor del Premio "delicias del mundo".
Y si nos adentramos al mágico mundo de los tacos, en México, hay pa' todos los gustos y de todos los tipos. La variedad y cantidad de taquerias y tacos es grande. Yo tengo mis favoritos. Es como todo, siempre hay favoritismos.
Empezaré por los que detonaron este tema: "LOS PICUDOS", unos sabrosísimos tacos que están en la del Valle. No es un lugar apto para los que son fanáticos del pastor, porque de esos no hay. Su especialidad es el bisteck y la arrachera, además de que hacen una salsa de ensueño. Sí, es un lugar caro y los tacos son pequeños, pequeños bocaditos de cielo. Es para esos días en los que uno quiere darse un lujo nocturno.
Pero para esos días en los que uno anda medio prángana y quiere echarse el taquito nocturno, está "EL BORREGO VIUDO", todo aquel que acostumbra salir el fin de semana a enfiestarse debe conocerlos. Son unos taquitos pastoriles y de otras menudencias que están en Revolución. Muy sabrosos por su salsa picosísima y que te repica al día siguiente. Antes también estaba la opción de los CHUPACABRAS, esos tan memorables tacos del metro coyoacán, pero desde que los corrieron y se pasaron para abajo del puente, a mí, la verdad que ya no se me antojan. Seguro que saben igual y que para un día con poco varo y mucha hambre deben alivianar, pero no sé que me provoca el puente y el humo de los coches que ya no es lo mismo.
Pasando al tema del taco mañanero, nada como los "TACOS DEL GÜERO", están en la condesa y sólo abren en las mañanas-tardes. Esos son una delicia de tacos de guisado, los que más me gustan y recomiendo ampliamente son los de bisteck con tocino y su ración de arroz; con dos de esos queda uno bien servido.
Eso sí, para tacos mañaneros dominicales nada como los tacos de carnitas de la escandón "EL RINCÓN TARASCO". Son los mejores tacos de carnitas que he probado, la carne no es grasosa y se desliza suavemente por tu boca. Y hacen unos de achicalada que están para chuparse los dedos.
Y para cerrar con broche de oro: "LOS IKATACO", son tacos de mariscos con una variedad infinita de salsas. Mis favoritos los de camarón con queso y la salsa de tamarindo. ¡Deliciosos! Lástima que están hasta Acapulco.
Esos por nombrar cinco de los miles de miles que hay en toda la República Mexicana. Infinidad de lugares y de sabores. Y los muchos que tuve que dejar fuera de la lista: Los clásicos del GALLITO, Los nocturnos de COCHINADA, los ya conocidos COPACABANA, los HIDALGUENSES, el CALIFA, los sabrosos pastores de arrachera de LOS PARADOS, LOS ÁRABES en tortilla de maíz y en pan árabe con la salsa de.... Ay, pues no... si sigo no voy a acabar jamás.
¡BIEN POR EL TACO MEXICANO!
¡BIEN POR EL MAÍZ DELICIA DEL PAÍS!

octubre 05, 2006

PACHECO PACHIEMPRE, pa' servirle.


¡Qué chistoso es Pacheco! Siempre hace reír a todos con sus ocurrencias. Más que ocurrencias, la mayoría de las cosas que dice, son comentarios llenos de ingenio. A veces dice algo simplón, burdo -como si por su boca se escapara uno de esos pensamientos que pasan por tu cabeza pero que mejor lo censuras para evitar el abucheo-, pero él lo dice y en el momento se dejan escuchar las carcajadas. Otras veces, suelta un comentario mordaz y fino, que sorprende a la concurrencia y, alegres, aplauden el comentario. ¡Ah, qué chistoso es Pacheco! Quien lo conoce por primera vez, quiere volverlo a ver. Puedo recordar fiestas en las que causó sensación con un extravagante paso de baile o con una frase que repitió hasta cansarse. Y no se guardaron en el baúl de los recuerdos aquellos pasos o aquellas frases, hay gente que las repitió durante meses.

Pacheco se está poniendo verde -no de coraje, como el hombre verde-. Verde, como si se estuviera echando a perder. Descompuesto. Eso es, se ve descompuesto. Supongo que nadie, o pocas personas, se lo han dicho -que se ve verde moho-. Resulta contradictorio decirle a alguien que se ve feliz, "que se ve descompuesto". Pienso que un buen momento para decírselo, podría ser, cuando deja de reírse y se queda como pasmado. Cuando se sienta en un rincón, con los bracitos cruzados sobre su pecho y se pierde... Pero como se pierde pus' no lo pueden encontrar pa' decirle.
Pero eso sí, es muy chistoso. Me recuerda a un compañero que tuve en la escuela, Pacheco también; ambos se caracterizan por lo distraídos y los tonos verdosos. Ah, y otra cosa que tienen en común: son muy chistosos.

Hoy lo vi, a Pacheco, sus ojos verdes se veían menos irritados que de costumbre y combinaban muy amablemente con el color de su piel -Tiene unos bonitos ojos verdegrisaseos, pero por su problema de irritación (debe ser por la contaminación), es difícil notarlos-. Me hubiera gustado decirle que se veía bien. No sé por qué no se lo dije... ¿Será que ya me he acostumbrado a ver su humor y no su verdor?

Ya otro día, con calma, les contaré de Cocalino y Etileno, unos amigos cercanos de Pacheco, igual de chistosos que él. ¡Qué trio! "Ellos sí que viven la vida", dice la gente.

octubre 04, 2006

RESIGNIFICANDO EL SIGNIFICADO DE...

Cuando alguien dice:
"Ese chavito(a) es simpático".
Significa:
"El pendejo dice tantas babosadas que hasta me hace reír"

octubre 03, 2006

LÁGRIMAS


Ese líquido misterioso que brota de los ojos, en ocasiones como una llovizna casi imperceptible... como esos días en los que alguien dice: "está lloviendo". Y sólo esa persona siente la diminuta gota que cae sobre su rostro.
Y otras veces es una tormenta -un tormento- un aguacero que no nos deja salir de casa, que parece no va a acabar jamás. Y hay veces que no acaba, que permanece lloviendo por días y días, un diluvio de tiempos bíblicos, herida que no supimos o no pudimos curar. Y otras veces -sin más ni más- deja de llover de golpe y el sol brilla sorprendiendo al que corría en busca de un lugar seguro.
"¡Qué bonito es ver llover y no mojarse!" es un dicho cargado de mentira. Últimamente he visto llover en casa de una amiga... y no es bonito, y me duele. Duele la lluvia de los seres a los que se quiere. Rebota, me moja, me recuerda lágrimas de antaño.
¿De dónde viene la lluvia del alma? ¿Dónde se hospeda tanta agua? ¿Sería posible agotarla y que en su lugar brotara sangre? ¿Por qué duele adentro de nosotros, como si se hubiera nublado el interior y un rayo hubiera partido en dos nuestro sistema? La explicación científica es que, al ser mamíferos racionales, nuestro cuerpo manda una señal al cerebro -al ver, escuchar, percibir, oler, saborear, tocar algo- y el cerebro responde con una emoción condicionada y conocida. Así es como gritamos, lloramos, reímos, temblamos y nos estremecemos. Así, básico y simple para los que entienden de cerebros y conexiones eléctricas. Qué simple puede resultar el dolor del alma.
Una vez me contaban que los niños con síndrome de down o con retraso mental, no lloran. Que su cuerpo no reacciona a la tristeza a largo plazo, que no crean lazos emocionales que les hagan sentir una gran tristeza. Que únicamente reaccionan a procesos de tristeza inmediatos como un golpe o una caída, pero no a la tristeza de la pérdida o la derrota. Y que esto los hace seres humanos enórmemente felices. No investigué si eso que me habían contado era cierto o no. En ese momento me sonó lógico y lo tomé como verdadero.
Pienso: ¿Si me dieran la oportunidad de sentir y llorar únicamente por el dolor del cuerpo -dolor moretón, dolor sangre, dolor enfermedad- y pudiera eliminar el dolor del alma -dolor pérdida, dolor derrota, dolor mentira, dolor soledad, dolor tristeza de huesos y espíritu, dolor muerte, dolor ausencia, dolor fracaso, dolor inexplicable de domingo nublado...-, lo aceptaría?
La respuesta es un definitivo y contundente: NO.
Porque nada me ha hecho tanto bien como la lluviaguacero interminable que me tumba en el suelo
o la llovizna que destapa mi garganta.
Nunca el sol ha brillado tanto como un día después de la tormenta.
¡Salud por todas las lágrimas derramadas y por la venideras!

septiembre 30, 2006

JUEGOS

Me encantan los juegos

ME ENCANTAN

De encantar, de atrapar, de tenerme horas frente al tablero, monitor, pantalla, cuaderno, etc.

Sobre todo me gustan los que son de armar cosas, contar, descifrar, analizar.

Hay personas que son como juegos, no porque sirvan para jugar con ellos
(aunque también hay personas así, pero esas son personas juguete no personas juego)
Los juguetes los dejé hace un tiempo,
no me gusta la idea de jugar con quien no responde ni propone.
Pero los juegos...
Los juegos son otra cosa.
Las personas juego son otra cosa.
Con ellas puedes armar, contar, descubrir...
Puedes descifrarlas, encantarte y jugar a la entrega, a la comunicación.
En el juego con el otro, juegas a ser y dejar ser.
¡Qué divertido es jugar!
Pero sin hacer trampa.
No es moralina, es vividura...
Y la viví dura cuando entré en el terreno de los tramposos.
Nada bueno se cosecha en esos juegos del truco y del "¿dónde quedó la bolita?"
Y descubrí que un tramposo,
por más maniobras que haga,
tiene la derrota asegurada.
Lo mejor de tener 30 y tantos es que, después de mucho perder, empiezas a entender el juego.
No dejas de perder
pero juegas cada vez mejor,
porque ya tuviste 13, 15, 18, 20, 25, 30.
Ya perdiste demasiado...
ya te perdiste o te perdieron
ya pasaste por los juguetes
ya jugaron contigo.
Falta mucho.
Segura estoy de que seguiré perdiendo
pero ahora soy más selectiva al elegir
el juego y el jugador.

septiembre 29, 2006

LA FILA













Llegué al teatro, era temprano.
La obra varias veces recomendada por conocidos y amigos, y que creí haberme perdido, ahora daba unas funciones especiales con el fin de recaudar dinero para realizar una gira. Dicen que las oportunidades sólo se dan una vez en la vida, pero por suerte siempre estará la excepción que confirma la regla.
Fue uno de esos días en los que sales temprano para evitar el tráfico y resulta que, en lugar de la hora de trayecto que esperabas hacer, haces 20 minutos. Nadie haciendo fila. Poca gente en los alrededores. ¿Qué hacer? Me lancé a comprar un refresco para refrescar la espera; espera que fue acompañada por un aire de caminata.
Cuando regresé había empezado a llegar la gente. Poco a poco se fue formando una fila. Observé a los que se habían dado cita en aquel lugar, y descubrí que eran -en su mayoría- gente joven. Supuse que los habían mandado de alguna escuela. Traté de calcular la edad de aquellos que iban llegando ¿20? ¿17? Descubrí que de un tiempo para acá me cuesta trabajo calcular las edades, y peor aún, ¡me descubrí calculando edades! En esas estaba, cuando la mujer -adolescente, joven o qué sé yo- que estaba formada atrás de mí, dice: "Creo que estamos formados en dos filas". Miré hacia adelante y en efecto había dos filas, la primera que se había formado hacia la dirección acostumbrada (No lo digo por decir, conozco bien ese teatro), y una segunda que corría en dirección opuesta, compuesta por una serie de "chavillos" que habían decidido innovar la original fila. "Aquella es la buena", dijo la muchacha y fue rápidamente para allá... Qué ironía, aquella muchacha que estaba atrás de mí hace unos minutos ahora estaba delante mío (dicen que los jóvenes tomarán nuestros lugares, pero no pensé que me pasara tan joven...).
La novedosa fila me permitía ver con más claridad a varios de ellos, no me parecían tan jóvenes, no tenía idea de su edad y los gritos que decidieron echar cuando la luz del teatro se apagó me hizo dudar de mi calculo inicial.

Luz.
Obra que dejó buen sabor de boca.

Y al final llegué a un par de conclusiones: Ya no sé calcular las edades, y ya no vuelvo a distraerme en esas cosas porque, por andar papaloteando, se me metieron en la fila.