¡Ay, Marcial!

Hay quien cree en el cielo y el infierno como espacios a los que, según se porten, llegaran al morir.

Hay quienes piensan que cielo e infierno son estados mentales.

Hay quienes dicen: el cielo está arriba y el infierno es una cantina.

¡Ay, Marcial! ¿En qué creías tú?

¿Al dormir tenías un infierno en la cabeza, en el que danzaban niños que te impedían tocarlos?

¿Te atormentaban los rostros del pasado?

...

Ahora, en la muerte:

¿ardes?

¿gritas?

¿eres violado por mujeres, mayores, que te tocan lujuriosas y te hacen sentir sucio?

...

¿En qué creías Maciel?

Es un hecho que en Dios no, pues su ira te hubiera preocupado...

Es un hecho que en la justicia no, pues su peso te hubiera asustado...

¿Será que eras el ateo más hipócrita que he conocido?

...

Y si, a pesar de cualquier creencia, Dios y la justicia existen... Entonces te digo: No es que sea verano en el cielo, Maciel; es que estás en el infierno.