febrero 28, 2008

perfect day

Llegó el día de limpiar. Ese día llega un día, y por más que trate de ignorar el polvo acumulado o el exceso de ropa sobre la silla, sé que llegó el día, y no es ni por la ropa ni por el polvo que lo sé. 

¿Cómo lo sé?

No por la cantidad de orden o desorden. El orden, es algo relativo. Por ejemplo: cuando era una morrita y vivía con mi mamá, ella no entraba a mi recámara; uno: porque no soportaba ver mi tiradero y dos: porque si movía cualquier cosa yo me daba cuenta y me molestaba muchísimo. Así es, yo sabía perfecto en donde tenía cada cosa aún dentro del chiquero que era ese cuarto. El orden en el desorden, ese era mi modus vivendi.
El orden en el desorden es cuando sabes en donde está cada cosa aunque aquello luzca caótico.
Ya no he llegado a los puntos de aquellos entonces adolescentes, trato de mantener mi casa lo mejor posible para que fluya una energía rica y que se esté agustín en el hogar. Pero hay veces que no se puede, que el tiempo y que esto y que lo otro y de pronto: PLAF, como un golpe el aviso "TIENES QUE ARREGLAR".

¿Cómo lo sé? ¿Cómo llega ese golpe? ¿Ese aviso?

Sé que llegó el momento de ponerle fin al caos (Como si se pudiera), cuando ya no encuentro algo... Ahí es que ya llegó al límite, ahí es cuando sé que ya me pasé de la raya.

Ayer se me perdieron unas letras. Sí. Estaba trabajando y desaparecieron. Estaban todas juntas en unas hojas, todas ordenadas formando palabras que a su vez formaban unas oraciones. Las oraciones tenían una lógica, y si las leías en orden y todas juntas formaban una historia. Pues ya no las hallaba, ni a las letras ni a las palabras ni a las oraciones, bueno, ¡ni a las hojas que contenían todo eso! ¡Ay, si por lo menos pudiera encontrar las palabras, ya deja las hojas, LAS PALABRAS.
Según yo, estaban dentro del cuaderno que estaba sobre el escritorio, pero habían desaparecido... ¿Se habrán ido con los calcetines perdidos? NOOOOOOOO. Esos se van y nunca vuelven. Bueno, me ha pasado que vuelven pero cuando trato de unirlos con el otro par, resulta que el otro ya se fue. Hasta los calcetines sufren problemas de timing.
¿Timing? 
No, no más tiempo, tengo poco para hacer ese trabajo y para hacerlo necesito las palabras.

Así llegó el día de limpiar.

La primer rola en el reproductor: Perfect day, interpretada por Lou Reed. Buena rola para poner todo en su lugar y encontrar las palabras.



Sé que sumergidas en ese desorden están las letras y palabras perdidas.

1 comentario:

ladelcabaret dijo...

Wow! Qué buen rato me ha dejado esta nueva modalidad.
La felicito por tantas letras nuevas y deliciosas.